sábado, 28 de marzo de 2009

...Viaje por el Desierto...



Hace unos días viví algo extraño, el sol no había salido y ya era tarde, eran las 10 A.M., era mi día de descanso, me levanté con todas las ganas de vivir posibles, pero, al ver bien cómo estaba todo afuera, los ánimos fueron en picada al suelo, todo era obscuridad afuera, todo era depresión, miedo, e incluso histeria… Los perros de la calle ya no seguían su propia cola sino que se dedicaban a aullar lo más fuerte que sus gargantas casi cerradas por el miedo les permitían, y las aves no cantaban más sus armoniosas melodías, el miedo los tenía cegados a todos.

Salí en ropa interior a la calle para ver bien cómo estaba mi tan querida sociedad (repleta de cholos, drogadictos, maleantes y policías que la única ayuda que brindan va dedicada para los narcos que les paguen más. Oh!, sí que los amo a todos), al verme la gente en mis aposentos rápidamente todos comenzaron a apuntar mis enormes atributos, cosa que ya era algo normal para mí ( ya que vives toda tu vida con ellos, te acostumbras a ser señalado por la sociedad), luego de que sus brazos se entumieron por durar horas fijas apuntándome, comencé a cuestionar qué era lo que pasaba, por qué todo estaba obscuro, pero la gente no tenía las respuestas que yo buscaba, su mejor respuesta fue “ Sí, vendo tamalitos de elote, un champurrado de rechupete y nooooombre, ni se digan las tortillitas de harina m’ijo” ( esque ya era tarde y no había desayunado, tenía que comer algo).




De pronto, se escucha un ruido que me desconcertó, volteé para todos lados, pero todo era obscuridad, era poca la visión que alguien podía tener en ése estado –kch, kch… - Se escuchó de nuevo, esta vez un poco más fuerte, como intentando llamar mi atención, volteé más alerta a todos lados, hice que mi sexto sentido se agudizara un poco para poder saber de dónde venía tal ruido – Kch, Kch! – se escuchó de nuevo, pero ni con mi sexto sentido ( el llamado sentido arácnido, sí, como el de spider-man, ese wey me copió mi poder especial… ), entonces vi un movimiento en un callejón obscuro (más que el resto de la ciudad) y así pude saber de dónde venía. Vi como una man

o buscaba esconderse en el manto de la obscuridad que brindaba ese callejón, y rápidamente me acerqué a ese lugar. Al estar ahí, noté que una persona estaba ahí, cubierta por un manto gastado de color café, creo que tenía mucho tiempo viviendo así, entonces me dijo – Me has encontrado, tú eres el elegido, te tocará salvar a la tierra de esta gran desgracia que está por ocurrir -. Yo, lo vi fijamente y guardé silencio esperando su explicación. El anciano salió de las tinieblas, y levantó su rostro lentamente, luego dirigió su mirada penetrante a mis ojos, observó mi rostro por unos segundos – Sí, te contaré lo que está pasando… - dijo de pronto el anciano. Yo continué en silencio escuchando cuidadosamente su explicación de lo que estaba pasando. Tras enseñarme la cruel realidad, opté por empezar de una vez mi misión… Salvar al mundo…

Comencé mi gran aventura, me dirigí al desierto del Sahara, tuve que nadar desde el dren que está a un lado de mi casa hasta allá, pero valió la pena (por cierto, tardé 20 mins en llegar nadando). Al llegar allá, rápidamente tuve que socializar con la gente de esas tierras lejanas, donde aprendí a sobrevivir en medio del desierto, en una tormenta de arena, en la noche, en el día, cómo satisfacer mis necesidades sexuales con las ratas de desierto, y todas esas cosas tan esenciales. En muestra de mi superioridad y mi divinidad para esa gente, me regalaron una cantimplora hecha de testículos de camello llena de agua, algo de ropa cómoda para andar en el desierto (Lo más IN que hay en el desierto del Sahara), y un Camello para mi arduo viaje.


Al otro día, después de haber dormido entre un hombre del desierto y sus veinticinco esposas, partí en búsqueda de mi destino.

Esa mañana tuve que cazar unos cuantos escorpiones para poder comerlos, y tras probar algunos, decidí comer arena mejor…

En el medio día, cacé unas ratas de desierto, y las asé, hice unas ricas carnitas de rata.




...

En la noche, el asunto no mejoró para nada, por el contrario, se dejó venir una fuerte tormenta de arena. Intenté buscar algún lugar para quedarme con mi camello Camilo, mientras pasaba la tormenta, pero no había ni una sola cueva donde pudiéramos descansar Camilo el camello y y

o, así que repentinamente recordé lo que me dijeron los amigos del desierto para poder sobrevivir… “Tienez que matarz al Camelloz(con acento árabe)”, éso no me pareció una buena idea, por el gran lazo afectivo que había entre Cami y yo, ya éramos algo más que amigos, e incluso, habíamos hecho más cosas que las que yo había hecho con mis ex novias, y de seguro también más que las que Cami había hecho con las suyas. Sólo teníamos 12 horas juntos y ya éramos más que amigos, era un lazo muy especial, habíamos llegado a intimar muy rápidamente, no quería que llegara a su fin… no así, en una forma tan fría y cruel. Duré unas horas pensando en qué hacer, y al final, tuve que tomar la decisión; iba a pasar la noche bajo la tormenta de arena con mi compañero fiel Cami, así podríamos conocernos un poco más, y podríamos ahogarnos en pasión bajo la noche fría y la tormenta de arena, que viéndolo bien, no estaba tan mal mientras él y yo estábamos juntos.




(La foto de Cami al saber que no iba a morir esa noche...)



Continuará...


Jon Newsted

martes, 3 de marzo de 2009

La hazaña del Chivo.

Era un día soleado, el primera día caluroso del año, yo como no estaba acostumbrado al calor por el recién pasado tiempo de frío, estaba bien arropado (Una tanga roja con manchitas negras, siguiendo la moda emo ( ajá, sobre todo porque los amo)), pero comencé a sentir la ráfaga de viento caliente, era como sentir las mismas llamas del infierno, el aliento de un dragón furioso, un pedo en un cuarto completamente cerrado… Bueno, el caso es que decidí cambiarme, fui a mi ropero y busqué y busqué por horas entre las pieles de los animales más extraños que yo mismo les arranqué con mis propias manos estando ellos vivos aún, era mi prueba de hombría, mi única forma de defender mi masculinidad según mi familia, mi religión y mis creencias de todos tipos, entonces, en el fondo, hasta lo más profundo del ropero, encontré la pieza que tanto quería, tenía un brillo celestial, como si los mismos ángeles conocieran su santidad, su pureza, su gloria. Y así fue, me puse mi tanga con trompa de elefante hecha de algodón y con una trompa de licra para evitar sarpullidos y con un color rojo, el color de la pasión (dijera un piropo, pero algunos lo consideran muy profundo, va algo así como; Si el rojo es el color de la pasión, báñame con tu…sigamos con el tema principal…).












Entonces, celebrando la ocasión tan importante que era el usar mi tanga de leopardo roja, que nunca me había puesto porque la compré en la barata de invierno decidí ponerme a ver la tele en la sala frente a toda mi familia, yo estaba en una pose común algo así cómo…














Algo así,(pero yo sí soy sensual). Mientras todos veían mi enormes atributos, en eso que llegan unos amigos míos, y la plática fue muy interesante:
- Hey tú, puto!, qué haces pendejo?! – me dijo uno de mis compas.
- Nada verga, nomás acá valiendo madre – le contesté
- Y qué pedo con esa pinche tanga de puto? – me dijo burlándose
- Pendejo, es aerodinámica y además muestro mis enormes atributos, y si nos estamos cayendo por un barranco, ya tenemos cuerda para salir fácil, así no perdemos tanto tiempo. – dije yo mostrando mi grandeza de mente, y mi enorme superioridad en cuestiones de peligro.
- Es verdad! – contestó el otro wey con un gesto en su cara algo así…
(Bueno, no tan jodido, lo sé, exageré, pero ustedes entenderán).
Y luego de nuestra plática tan científica decidimos ir a comer algo, pero como ya estábamos hartos de los frijoles, fuimos al rancho del tío Rodomino, es un buen tipo, pero perdió el ojo izquierdo, el brazo derecho, el pie izquierdo, el dedo meñique de la mano izquierda, y el poro derecho de la nariz, lo bueno del tío Rodomino es que está muy agradecido con la vida, siempre que lo visitamos nos saluda con un tierno; Josuputa madre!, ya llegaron!, van a estar mucho tiempo aquí? Porque estoy muy ocupado y no los puedo tener mucho tiempo aquí.
Y nosotros como entendemos que él está muy ocupado le decimos; No te preocupes, nosotros nos hacemos lo que ocupemos, pero pásame la sal que tienes a mano derecha.
Por alguna extraña razón, se enoja cuando le digo eso, realmente, no sé porqué sea…

Bueno, cuando llegamos esa vez, le pedimos algo de comer, porque ya estábamos hartos de los frijoles y mi tío nos dijo que podíamos matar a un chivo de los que tenía en su patio, pero mis amigos y yo nunca habíamos hecho eso, nunca se nos hubiera ocurrido matar un pobre chivo, es algo muy frío… pero qué más da!, el hambre es canija y ya no queríamos frijoles definitivamente.
Entonces salimos, el viento comenzó a rugir como los lobos hambrientos suelen hacerlo por las noches de luna llena mientras los zombis bailan al ritmo de Thriller de Michael Jackson (es tan famoso que hasta tiene una película).






























...


Levanté mi cabeza poco a poco mientras tomaba la punta del sombrero blanco que traía puesto, mi mirada quedó fija en cuestión de segundos, apoyé mi mano derecha en el cinto piteado y lo vi, era él, mi único objetivo, el chivo… mi próximo alimento. Su mirada me intimidó, era fría y parecía que ya sabía lo que el destino le iba a deparar, agachó su cabeza lentamente, tomó un poco de pasto del piso, y levantó su cabeza, luego volteó a verme fijamente mientras masticaba el pasto con toda calma; mandíbula arriba, mandíbula abajo, mandíbula arriba…
Yo sabía que la hora había llegado, alguien tenía que morir ahí mismo, y sabía que no era yo… entonces tomé el machete matón asesino de cholos, cabras, caballos, chivos, becerros, cochis, vacas, chanates, etc. Y me acerqué lentamente a él, agitaba mi machete rompiendo el leve viento con el agitar tan desmesurado por los nervios, sentía la sangre corriendo por mis venas y la adrenalina me comenzaba a invadir, unos segundos más, sería propiedad de la demencia pensaba una y otra vez, pero era un riesgo que debía tomar. Caminé más lento ahora, pensando un poco más las cosas, respiraba quebradamente, y el chivo agitaba su cola siguiendo un mismo ritmo, por momentos paraba y soltaba un llanto anunciando su muerte, pidiendo piedad, pero no pude controlarme ni tras escuchar tales réplicas de miedo, así que tomé el machete con todas mis fuerzas lo volteé a ver y me decidí, entonces levanté mi brazo lo más rápido posible para no perder el valor…





Zas! Que se escucha un grito de atrás ; Ay! Hijo de tu pinche madre, me cortaste el otro brazo cabrón!, no te quiero ver! Chinga tu madre de aquí ¡!!

Y así fue como mi tío Rodomino perdió su otro brazo, y como nos vetó de por vida de su rancho, aunque creo que después de eso comenzó a ser más feliz, desde ese día ya no suele hacer ninguna mala seña con los dedos, ni ha golpeado a nadie, y cosas así me hacen ver que no todo lo que se considera malo, no lo es, si todos tomamos una mentalidad como la de mi tío todo podría ser felicidad, si sólo todos pudiéramos ver el lado bueno de cada cosa que pasa a nuestro alrededor.


Jon Newsted.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Saga: El triciclo - La ponchada

Como ya había dicho que iba a contar cómo se me ponchó el triciclo, pues les contaré la historia.

Era un día como todos, el sol salía por el oriente, las aves cantaban su feliz son de la hermandad, el viento era gentil al rosar las flores que tenían el rocío de la mañana en sus pétalos, el sol saludaba al mundo con su sonrisa enternecedora.


Era muy temprano aún, yo apenas me estaba despertando, prendí la tele esperando ver algo que me llamara la atención pero noté que era muy temprano para ver el Golden, así que mejor fui a trabajar.

Fui a la parte trasera de mi casa, volteé a ver al cielo, saludé al sol con una mirada de satisfacción, las aves volaban a mi alrededor, seguían cantando su hermosa melodía, y yo seguía su ritmo bailando alegremente. Después decidí ir por mi vehículo para ir al trabajo, tomé la sábana que lo cubría y la retiré de mi medio de transporte, un triciclo último modelo :




Lo sé, se mira un poco viejo, pero es porque tenía unos días sin usarlo, yo sé que con un poco de limón se limpia por completo.

Siempre que salgo en él la gente se empieza a reír, y a señalarme, creo que es por envidia, sí, es lo más seguro.

La otra vez yo estaba trabajando en el triciclo cuando llegó un cubanote a donde yo estaba, se paró enfrente de mí y me dijo – oe, hijo de putah!, quéh bonitoh trihiclo!, te voy a meter mi riatón! -. Yo nomás levanté mi mirada y le vi el rostro, noté que traía bling blings, y dientes de oro, entonces pensé – Corro por mi vida, o peleo como el gran hombre que soy? -. Así que en ese momento noté qué tan valioso es mi orto, entonces decidí pararme y le dije – Pura madre me metes tu riatón, hijo de la chingada -. Me senté en el triciclo y me fui dándole como a quinientos por hora (todo sea por salvar mi orto), mientras yo iba a todo lo que daba el cubanote venía atrás de mí y escuchaba sus gritos a lo lejos – Te voy a alcanzar, y cuando lo haga, te va a doler, hijo de putah! -. Eso me daba más poder en las piernas, me dio condición física, repentinamente no sentí el cansancio, y cuando volteaba para atrás, me asustaba lo que podría llegar a ver, con justa razón, el cubanote llevaba ventaja a una persona normal, él contaba con más velocidad que la gente promedio, su tercer pierna le daba más velocidad, la gente lo veía pasar casi volando, todos quedaban asombrados por tremenda… velocidad, y condición física.

Unas cuadras siendo correteado por el cubanote, decidí pararme y afrontar al enemigo. Él sólo me vio y sonrió, creía que yo sería fácil de penetrar, pero no fue así. Se fue acercando poco a poco a mí, y repetía constantemente – Te va a doler sólo un poco, hijo de putah -. Pero cuando estaba cerca de mí, hice algo que ningún cubanote iba a resistir… Puse música rap en mi estéreo, él no pudo resistirse y comenzó a bailar y a rappear, sus pasos de breakdance impresionaron a la gente, toda la gente de la ciudad se acercaron a verlo, luego llegó un busca talentos y al ver la forma tan maravillosa con la que se movía, y al ver el carisma que tenía con la gente, le propuso que firmara un contrato con una disquera para que levantara todas las cosas pesadas del estudio que ninguna otra persona podía levantar, y él aceptó.

Bueno, y como decía, fui a trabajar, anduve en mi medio de transporte buscando dónde podría trabajar esta vez, y de pronto que encuentro “la mina de oro”, era un lugar lleno de latas de cerveza vacías, eran como cien, así que me acerqué a tomarlas, estuve a punto de llenar un costal para irlo a vender a fierro viejo, eran como treinta pesos si las vendía, fue un momento muy feliz, estoy seguro que una lágrima recorrió mi mejilla.

Entonces, cuando iba volviendo a mi casa para desayunar prendí mi estéreo y me puse a escuchar cumbia, en cada semáforo rojo me paraba y me ponía a bailar con la gente que iba pasando, toda la gente aceptaba mi propuesta de baile, la alegría de la cumbia nos invadió y dejó la nostalgia de lado para la gente triste, todos bailamos por medio de la calle sin importarnos qué nos podía pasar. Cuando el semáforo se puso en verde, fui a mi triciclo y por alguna razón inexplicable mi triciclo y yo comenzamos a flotar, nos transportábamos por los cielos a una tremenda velocidad, íbamos tan rápido que no pude controlar mi triciclo, hice lo posible para poder controlarlo pero no pude, cuando vi mi casa bajo mí, decidí hacer mi último esfuerzo, jalé el manubrio lo más fuerte que pude, pero el triciclo no cedió, y entonces decidí saltar, tomé el costal con las latas de cerveza, las eché a mi costado, le dije mi último adiós a mi querido triciclo y me aventé, por suerte caí encima del costal, por eso no me pasó nada, pero cuando volteé para arriba vi cómo el triciclo caía en picada, fue algo muy doloroso para mí, unos instantes después, logré ver la intensa explosión a lo lejos, era mi triciclo que había tenido un fuerte impacto con un trailer que traía gas, la explosión fue muy fuerte, la gente corría, gritaba, y lloraba, estaban desconsolables, era un terror colectivo, unas horas después de que el fuego fue controlado, fui a ver el lugar donde mi vehículo había fallecido, y al llegar ahí, noté que mi triciclo estaba ahí, como si nada, sonreí a él y me le acerqué, pero no había salido totalmente ileso, había caído en una rama con espinas y se le había ponchado la llanta delantera, fue algo muy doloroso…



Luego contaré cómo desponché mi triciclo. Es una historia emocionante, romántica, cómica e impredecible, incluso algunos la notan como algo erótico, cada quién su punto de vista.



Jon Newsted.

martes, 2 de diciembre de 2008

Por una modelo.

Ayer fue un día de descubrimientos, hubo muchas cosas nuevas en mi vida, muchas nuevas experiencias, incluyendo buenas cosas que seguramente podré contar a mis nietos cuando yo esté viejo y que no sea capaz de moverme y cosas que dejarán un rastro negativo en mi vida, algo que nadie normal soportaría, sólo alguien con un tremendo poder psicológico como yo podría resistir tal impacto. Un buen ejemplo sería ver a tus papás haciéndolo en una de esas noches que sólo te levantas inocentemente por un vaso de agua, eso sí que te marca de por vida.
Comenzaré por contar que yo estaba en mi casa, estaba viendo las películas más nuevas (el Titanic, Terminator 2, Robocop, Rambo) cuando recordé que mis amigos me habían invitado a salir, así que fui y me puse mi tanga de leopardo por si acaso y un moño color guinda. Salí de mi casa y me dirigí a la de mis amigos, fue un largo recorrido (Ya que me fui caminando por que se me ponchó el triciclo en otra de mis tantas aventuras que luego contaré), en el camino pasé por una gasolinera donde al lado tenían una cafetería de pasada, volteé para la cafetería y vi una camioneta, arriba en la parte de atrás venían tres sujetos vestidos con sus chaquetas del equipo de futbol americano de su universidad, debajo de la camioneta estaban otros cuatro parados, todos estaban tomando bebidas alcohólicas, pero eso no llamó mi atención al principio, lo primero que vi fue a una mamasota que estaba con ellos, creo que era modelo, no sé por qué me haya dado esa impresión, pero le tomé una foto:





La verdad no sé porqué creo que es modelo, bueno, la vi y no pude contener mis ganas de continuar viéndola, nuestras miradas se cruzaron, por un momento vi cómo el sol bañaba su piel con su luz, y cómo el viento agitaba su cabello lacio, su mirada era completamente cautivadora, pero, sus piernas creo que eran de otro mundo. Pero los siete universitarios notaron mi sexo visual con la sensual modelo, rápidamente se aproximaron a mí, poco a poco los vi acercarse, noté que eran 5 veces mi tamaño, pero no me importó, cuando estaban a un metro de mí levanté mi mirada peiné mi cabello con mi mano izquierda y dije – Qué traen hijos de la chingada?!, déjense venir, para todos tengo!, órale, órale! -. Los siete gorilas se voltearon a ver entre sí, creo que no entendieron mi forma de hablar, puesto que soy muy civilizado para ellos. Luego después de comunicarse entre ellos con miradas ( su forma primitiva de comunicarse) corrieron hacia mí, pero yo les dije – Ábranse, ábranse, yo nomás soy uno, ustedes son siete, déjense venir de dos en dos -.Y así fue, primero se acercaron dos con su chaqueta de color azul, llegaron corriendo con el odio reflejado en sus caras, con el cuello hundido en los hombros por el tremendo coraje que tenían hacia mí, pero no me intimidaron, sólo tomé calma di un brinco de 1.53m y les apliqué la patada del unicornio, salieron volando como seis metros, los otros anonadados por mi gran poder y habilidades de Kun fu, decidieron correr, pero quedó uno, éste tenía su chaqueta color rojo ( era el líder), era más alto que los demás, éste medía más de 2.45m, tenía los ojos bizcos, el cabello rizado, estaba mamado y calzaba del 13 y medio, al ver lo que hice, dirigió sus ojos bizcos a mí y me dijo intentando intimidarme – Hijo de la chingada!, te las vas a ver conmigo! -. Yo sólo reí por su juego de palabras ( sí, dijo que me las iba a ver con él, eh, eh?, entienden?... bueno… sigo…) – me vale madre wey! – le contesté mientras tronaba mi cuello y hacía un pequeño calentamiento – te la vas a pelar conmigo -. Él sólo rió, y comenzamos la pelea. Él me soltó una combinación de jabs, pero yo esquivé y decidí darle un upper con mi mano izquierda, por que la derecha la estaba usando para rascarme la pierna, esquivó mi upper, y lanzó una patada, y noté que no la iba a poder esquivar, vi cómo venía su patada hacia mí, y pensé todo detalladamente, no había escapatoria, su patada sería fatal, moriría a causa de su patada en los testículos, y luego vino a mí la respuesta, ¡sí!, ésa era mi única opción, y así fue, cuando la pierna llegó a dónde él quería que llegara, mis testículos y yo estábamos a salvo, yo había brincado y había quedado parado sobre su rodilla – Wow!, tienes una excelente velocidad, ni siquiera pude ver cuando brincaste – me dijo muy sorprendido – lograste ocultar todo tu poder para que yo no pudiera leer tu siguiente movimiento, fuiste muy astuto -. Yo solté una vaga sonrisa y le dije – éste es tu fin, nos vemos en el infierno -. Y le solté la patada del elefante en celo, el golpe fue fatal, cayó al piso noqueado, y me fui con la mamasota al maviri para celebrar, la pasamos muy bien ella y yo.

Jon Newsted.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Día de fiesta.

Hoy fue un día bueno, oh sí. Estaba en la escuela sentado en mi butaca viendo a las nenas de mi salón, pero nomás porque las estaba cuidando de que no les pasara nada malo, es que en estos tiempos uno no está seguro ni en su salón, bueno, entonces unos amigos estaban platicando, la maestra salió del salón y quedamos solos, hombres y mujeres del salón, rápidamente la incógnita llegó a nuestras mentes - ¿Qué podemos hacer ahora que no está la maestra? -, al instante no pasó nada, así que me puse a platicar con un amigo y otros pusieron música tecno, y cuando menos me lo esperaba, mi amigo dio un brinco, fue corriendo con una amiga y le empezó a hacer un privado, la euforia corrió por el grupo, hombres y mujeres comenzaron a gritar y a seguir el ritmo de la música, yo sólo me quedé observando la situación, vi todo detenidamente, los hombres grabando con sus celulares, las mujeres riéndose por la actuación de mi amigo, así que yo entré en acción ante tal acto tan sucio – Decidí dejar perpleja a la gente con mis técnicas de Stripper -.
Me paré de mi asiento, volteé a todos lados y seguí el ritmo de la cumbia, me acerqué a una de mis amigas (la más buenota), arranqué mi camisa mientras movía mi cuerpo sensualmente, sentía el viento recorrer mi cabello, y escuchaba el vacío, una soledad inmensa creada por mi gran habilidad. Continué por arrancar mi pantalón, quedando únicamente en boxer y en camisa interior, todos despertaron del shock que les había causado, comenzaron a aplaudir, todos me veían detenidamente esperando a mi siguiente movimiento, me veían con lujuria, me veían con deseo. Caí en la presión ante esos ojos que sentía podían penetrar mi piel y mi siguiente movimiento fue quitarme la camisa interior. Las mujeres perdieron aún más el control, aplaudían y gritaban con más fuerza, se sentía la sensualidad de mi baile por todos lados. Una vez cegado yo por los gritos de la multitud, actué inconscientemente y tomé mis boxer, volteé a ver a todos los de mi salón, y rápidamente vi a la que le estaba bailando, ella tenía el rostro lleno de lujuria, me sentí un completo pecador al ver su rostro, sentí cómo Jesús me veía desde el cielo y me condenaba a mi sufrimiento eterno en el infierno después de la muerte, veía su cara de tristeza inconsolable al ver a uno de sus hijos hacer tal pecado, pero yo no pude parar ya, estaba envuelto en el acto barbárico, era sólo una pieza de su juego de ajedrez a punto de estar en jaque, era sólo su instrumento sexual, el mismo que les daría el placer que buscaban, sólo fui manipulado, pero eso no me importó en lo más mínimo, seguí sujetando mi boxer y repentinamente… lo arranqué… en ése momento pude ver lentamente los rostros de mis compañeros otra vez, vi cómo sus ojos casi salían de su rostro, y las bocas abiertas por tremenda impresión, las hormonas se comenzaron a hacer más presentes en el lugar puesto que todos vieron mi TANGA DE LEOPARDO como esta:






Así es, nunca salgo sin ella, porque podría pasar algo inesperado como fue esta ocasión, si no hubiera traído esa tanga, el show no hubiera sido el mismo. La verdad es que es muy cómoda, y sensual, nunca puede faltar en fiestas sexuales, además tiene un modelo aerodinámico, te da más velocidad para lo que necesites (sí, ya sabes para qué…), y enseñan mucho, cuando tu novia la mire tendrá un capítulo de multiorgasmos por los materiales de ésta (la tanga también te da Sex Appeal).




Cuando todos vieron mi tanga, gritaron con más fuerza aún, pero se relajaron un poco más, todos comenzamos a bailar al ritmo de la cumbia, las chicas se turnaban para que yo les bailara, y yo les cumplía por que soy un buen compañero. Lo que comenzó como una broma, terminó siendo un masivo acto sexual, había mujeres con mujeres, hombres con hombres ( yo sólo participé con dos mujeres y nada más), pero nuestra fiesta erótica acabó cuando llegó la maestra y nos descubrió teniendo el acto carnal masivo. – Es algo natural – le dije a la maestra mientras me tapaba mi ENORME atributo, pero la maestra no podía cerrar la boca ni los ojos, estaba completamente impresionada (¿y quién no lo estaría conmigo ahí?), la maestra respiró una y otra vez hasta que volvió en sí, y lo único que pudo decir después de estar conciente nuevamente fue – ¿Por qué no me invitaron a participar con ustedes? -. Y la fiesta comenzó de nuevo.


Jon Newsted.